En 2016, la autora de un corto, dos libros de poesía, otro corto, un reality, otro corto, un proyecto transmedia y un buen puñado de proyectos digitales decidió montar un portafolio con los textos que había cometido.
Hoy, buscada por varios acreedores, sobrevive como escritora de fortuna.
Si tienes un folio en blanco y me encuentras, quizá quieras contratarme.